Es posible que observe sangre en sus heces, cambios en sus hábitos de evacuación o una pérdida de peso no intencionada. Sin embargo, las etapas tempranas con frecuencia no presentan síntomas.
El cáncer colorrectal es un tipo de cáncer que comienza en el colon o el recto, que son partes del sistema digestivo. Suele comenzar como pequeños crecimientos llamados pólipos que aparecen sobre el revestimiento interno del colon o el recto. Si bien la mayoría de los pólipos son inofensivos, algunos pueden convertirse en cáncer con el tiempo.
Este año, más de 50 000 personas en los Estados Unidos perderán la vida a causa del cáncer colorrectal. Muchas de estas vidas podrían ser salvadas. Si el cáncer de colon se detecta a tiempo, 9 de cada 10 personas pueden sobrevivir.
La Sociedad Americana del Cáncer recomienda que las personas que tienen un riesgo promedio inicien sus estudios de rutina para detectar el cáncer colorrectal a los 45 años.
Si tiene 45 años o más, es hora de hacerse las pruebas para detectar el cáncer colorrectal. Comuníquese con su proveedor para identificar qué exámenes son adecuados para usted.
A continuación se puede ver una lista de los síntomas frecuentes de cáncer colorrectal. Estos síntomas también pueden ser causados por afecciones menos graves. Es importante que hable con su proveedor de atención médica sobre dichos síntomas.
Cambios en los hábitos de evacuación:
Diarrea o constipación persistente
Cambio en la consistencia de las heces
Heces delgadas o con forma de cinta que pueden durar bastantes días.
Sangre en el interior de las heces o por encima:
Sangre de color rojo brillante o muy oscura
Sangre en el papel higiénico o en las heces
Pérdida de peso inexplicable:
Pérdida de peso sin cambios en la dieta o en la rutina de ejercicios
Molestias estomacales persistentes:
Calambres, gases o dolor
Sensación de que el intestino no se vació por completo
Fatiga o debilidad:
Con frecuencia debida a la pérdida de sangre durante un tiempo, lo que puede provocar niveles bajos de hierro
Las pruebas sistemáticas de diagnóstico ayudan a detectar el cáncer de manera precoz, cuando es más fácil de tratar. Estas son dos formas frecuentes de examen:
Colonoscopia: el médico utiliza una cámara pequeña para observar el interior de su colon y detectar si hay problemas. Más información a continuación.
Análisis de heces: estas pruebas analizan sus evacuaciones en busca de sangre oculta o cambios en el ADN. Más información a continuación.
La mayoría de las personas deberían comenzar con las pruebas de detección a los 45 años. Si tiene un riesgo más elevado, es posible que necesite iniciar antes o hacerse estudios más seguido. Hable hoy mismo con su proveedor.
Es posible que observe sangre en sus heces, cambios en sus hábitos de evacuación o una pérdida de peso no intencionada. Sin embargo, las etapas tempranas con frecuencia no presentan síntomas.
Los estudios de rutina, una dieta saludable y la actividad física pueden ayudar a prevenir el cáncer colorrectal.
El riesgo aumenta con la edad. Los antecedentes familiares y algunas condiciones genéticas también pueden aumentar el riesgo.
Pueden detectar el cáncer en una etapa temprana, cuando es más fácil de tratar. También pueden encontrar pólipos antes de que se transformen en cáncer.
La mayoría de las personas empiezan a los 45. Si usted tiene un riesgo mayor, hable con su médico sobre iniciar antes.
Entre las opciones, se incluyen la colonoscopia, los análisis de heces y las tomografías computarizadas.
Depende de la prueba. La colonoscopia normalmente se hace cada 10 años si usted tiene un riesgo medio.
Algunos programas ayudan a pagar las pruebas de detección o las ofrecen de manera gratuita.
Sí, la mayoría de las pruebas son seguras. Algunos estudios, como las colonoscopias, tienen un pequeño riesgo. Su médico le puede explicar qué esperar.
Mito: El cáncer colorrectal solo afecta a adultos mayores.
Verdad: Si bien es más frecuente entre los adultos mayores, están aumentando los casos en individuos más jóvenes.
Mito: Solo es necesario que se haga los estudios si tiene síntomas.
Verdad: El cáncer colorrectal, en sus etapas tempranas, no tiene síntomas. Por eso son tan importantes los estudios de rutina.
Mito: La preparación es difícil.
Verdad: Si bien la preparación incluye una dieta líquida y un laxante, las opciones actuales son más tolerables y los productos suelen estar saborizados para hacerlos más agradables al paladar.
Mito: Las colonoscopias son dolorosas.
Verdad: La mayoría de los pacientes están dormidos durante el procedimiento y no sienten dolor. Muchos no lo recuerdan cuando despiertan.
Mito: Hacerse una colonoscopia es vergonzoso.
Verdad: Su equipo de atención priorizará su privacidad y comodidad y le ayudará a sentirse en un entorno seguro y de respeto.
Mito: La única opción de estudio disponible es la colonoscopia.
Verdad: Si bien es la herramienta de detección más eficaz disponible, hay alternativas como los análisis de heces y las colonoscopias virtuales.
Una colonoscopia es un estudio que le permite al médico observar el interior de su colon.
El tubo se coloca delicadamente dentro del recto y se desplaza por el colon hasta donde comienza. El colonoscopio tiene una pequeña cámara con luz. Esto le permite al médico observar si hay problemas en el interior.
Puede sonar un tanto atemorizante, pero no lo es. Se le darán medicamentos antes del procedimiento para que se duerma y no sienta nada.
Esta prueba puede salvarle la vida si detecta problemas a tiempo.
Un análisis de heces es una forma sencilla de detectar signos de cáncer colorrectal. Generalmente, se puede hacer en casa con un kit que le entrega su médico. Si en el análisis se detecta algo inusual, el médico podría recomendarle una colonoscopia para obtener más información.
Hay diferentes tipos de análisis de heces:
Prueba inmunoquímica fecal (FIT): detecta sangre en las heces que no puede verse a simple vista.
Prueba FIT de ADN: busca tanto sangre oculta como cambios en el ADN de las heces. Esta prueba busca detectar sangre oculta y cambios en el ADN de sus heces.